lunes, 12 de agosto de 2013

Estar preparados


Todos nos hemos conmovido por el accidente de tren en Galicia y también por el autocar en Nápoli, Italia. Podemos añadir la muerte por accidente en los Alpes de un joven cristiano quien vino a España para ayudar a nuestra iglesia de Madrid.

Y siempre la gente se pregunta: ¿por qué?, ¿por qué ocurren estas tragedias?

Me recuerdo de un libro y una película titulados “El puente de San Luis Rey” sobre una tragedia en el Perú durante el período colonial español. Un grupo diverso de personas murieron cuando el puente construido sobre un precipicio se desmoronó. Todos murieron. Cientos de personas pasaban por este puente sin ningún problema o desgracia. ¿Por qué ocurrió ese día a esas personas?

Un fraile investigó la vida de cada una de las personas que murieron, en un intento de encontrar una razón del por qué esta tragedia ocurrió a estas personas y no a otras. ¿Hubo algún pecado grande en sus vidas para merecer esta manera de morir? Al final, el fraile no pudo encontrar ninguna razón lógica para explicar esta desgracia. Eran personas normales, con vidas comunes y corrientes, mezcladas con bien y con mal, pero no más que otros. La conclusión fue “no hubo explicación alguna”.

Muchas veces la gente echa la culpa a Dios. “Dios hizo esto”, “Dios podría haberlo evitado y no lo hizo”. Las compañías de seguros denominan a estos acontecimientos “actos de Dios”. Pero, pensemos un momento. Dios no hizo trenes de alta velocidad ni autobuses. Es verdad que Dios hizo los Alpes, pero no ha obligado a los seres humanos a escalarlos. Vivimos en un mundo imperfecto lleno de riesgos. La verdad es que ninguno de nosotros sabe cuándo vamos a morir o la manera en que vamos a morir.

Unos fuman y sufren de cáncer en los pulmones. Otros que no fumaron nunca también lo obtienen. A veces conocemos las causas, pero ¡muchas veces no!

Para un cristiano, la única lección de estos acontecimientos es estar preparados para morir en cualquier momento. Como dice el autor de la carta a los cristianos hebreros:

“Así como está establecido que los seres humanos mueren una sola vez y después venga el juicio …” (Hebreos 9:27)

O, como dijo Jesús a sus discípulos:

“Dichosos los siervos a quienes su señor encuentre pendientes de su llegada.” (Lucas 12:37a) “Así mismo debéis vosotros estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen.” (Lucas 12:40)

En el libro de oración común de la Comunión Anglicana hay una oración en la sección de culto familiar para la noche antes de acostarse que dice:

“Y darnos la gracia siempre a vivir en una manera para que nunca tengamos miedo de morir para que viviendo o muriendo, somos tuyos por los méritos y los hechos de tu Hijo Cristo Jesús, a quien en su Nombre ofrecemos estas oraciones imperfectas. Amén.”