lunes, 21 de abril de 2014

Domingo de Resurrección - Diumenge de Pasqua

Lecturas:
Éxodo 14: 10-14; 21-27
Salmo 118: 14-24
Colosenses 3: 1-10
EVANGELIO:  San Juan 20: 1-14
La esperanza cristiana

Somos herederos de una antigua fiesta: la Pascua, en la que el Pueblo Judío rememoraba los tremendos hechos salvíficos que Yahvé realizó: sacándoles de Egipto con mano poderosa, haciendo de ellos una Nación Santa a lo largo de un penoso caminar de 40 años por el desierto y dándoles en herencia la tierra que había prometido a sus patriarcas.

La Pascua Cristiana es la actualización de esa misma salvación hecha en favor de todos los pueblos, por mediación de la Pasión, Muerte y Resurrección del Unigénito Hijo de Dios: Jesucristo.

Los cristianos somos llamados a la herencia de las naciones de la Tierra, no por derecho de conquista material o guerrera, sino por los justos títulos del amor y el servicio a todos, especialmente los más necesitados y oprimidos.

La Resurrección de Jesús nos libera de nuestra antigua alianza con los poderes del Mal y nos capacita para construir, bajo la dirección del Espíritu Santo, una sociedad libre de exclusiones y de opresión. Esta es una promesa actual, que se cumple en condiciones de dura lucha, porque los "antiguos poderes" se resisten a perder su dominio sobre las mentes y corazones de los hombres (incluidos también nosotros) y es también una promesa referida al futuro: será la Segunda Venida de Jesucristo la que permita alcanzar lo que hoy la Esperanza Cristiana nos permite vislumbrar y anhelar.

Oración del Día

¡Señor Jesucristo, que moriste por nuestros pecados y al tercer día resucitaste de entre los muertos!

Por tu bendita resurrección mortifica en nosotros todo vicio y, como por tu cruz y pasión destruiste el imperio de la muerte, dígnate hacernos participantes de la vida bienaventurada. Amén.

Nuestra forma de entender la misión

Ofrecer a todos los hijos e hijas de Dios, la oportunidad de conocer y de seguir a Cristo, mediante:

a) La proclamación de las Buenas Nuevas del Reino.

b) La enseñanza, el bautismo y el cuidado espiritual y pastoral de los antiguos y nuevos creyentes.

c) Responder a las necesidades humanas con servicio amoroso, buscando transformar las estructuras injustas de la sociedad e impulsando la protección e integridad de la Creación y la renovación de la vida de la Tierra en forma equilibrada.


Elaborado por José Luis Mira