lunes, 3 de octubre de 2016

La Fe que Agrada A Dios

LECTURAS:
Habacuc 1: 1-6; 12-13//2:1-4
Salmo 37: 1-12 2
Timoteo 1: 1-14
EVANGELIO: San Lucas 17: 5-10

Inspira y orienta

La fe que agrada a Dios no es, por supuesto, la fe de los incrédulos (que no la tienen) ni la fe de los demonios, que saben de Dios, pero  no le honran ni le obedecen.

La fe que agrada a Dios es la que inspira y orienta la vida de los verdaderos creyentes y les mueve a realizar buenas acciones, dando testimonio de Jesús.

Los textos que hoy nos propone la Sagrada Escritura, añaden algunas características remarcables que vamos a tratar de sintetizar a continuación.

ES UNA FE ASENTADA EN LO INVISIBLE: si tuviéramos que creer sólo en base a lo que vemos, sin duda nos desanimaríamos: el mal y la violencia campan a sus anchas y  muchas veces los buenos (o los "menos malos") son afligidos por verdaderos malvados.

ES UNA FE PACIENTE: el verdadero creyente no desespera ante estas "realidades". Confía firmemente en que -a su debido tiempo- Dios hará justicia: los buenos (o menos malos..) serán corregidos y los malvados (o en todo caso las estructuras de poder que han creado) serán aniquilados. Como dice el v. 12 del Salmo 37: "los mansos heredarán la tierra".

ES UNA FE OSADA: Jesús nos exhorta - en el lenguaje figurativo y superlativo empleado por los judíos- a ser atrevidos, imaginativos y aún "exagerados" en nuestras peticiones, hechas en oración, y en los proyectos que - en su Nombre y bajo su Voluntad- decidamos emprender, asegurándonos la ayuda de Dios.

ES UNA FE HUMILDE Y DESINTERESADA que no pide otra recompensa que la que ofrece el propio servicio (….).

Finalmente..ES UNA FE QUE SE FORTALECE EN LA SEGURIDAD DE NUESTRA ELECCIÓN. No tenemos Fe en Dios (y menos aun en Jesucristo…) porque hayamos sido "buenos", o porque la hayamos merecido por algo que Dios haya previsto que haríamos.
Hemos recibido un llamamiento que nos coloca en una posición especial ante Dios (la de aquellos que tienen verdadera fe) y que -al mismo tiempo que nos da confianza en llegar a la meta- nos plantea tareas y nos capacita para realizarlas ¡a mayor gloria de Dios y para el servicio de los hombres y mujeres, nuestros hermanos!

El testimonio de nuestras buenas obras, hechas desde la fe en Jesús será lo que verdaderamente evangelice al Mundo.


Elaborado por José Luis Mira Conca